Reseña sobre encuentro nacional de LAICOS FILIPENSES

          Movidos por la alegría de reencontrarnos, de volver a mirarnos en caras cada vez más conocidas, sentir la cercanía que proporciona la familiaridad y  la esperanza de volver a escuchar a Jose Carlos Bermejo, emprendimos de nuevo el camino a Valladolid.
          Nuestros encuentros en Valladolid comienzan a ser  los espacios y el tiempo en los que, como bien nos diría después Jose Carlos, afilar nuestras hachas para alcanzar  nuestras metas. Vamos dando pequeños pasos hacia una meta cada vez más cierta: compartir la misión. De forma imperceptible,  como el agua de lluvia mansa que todo lo cala, vamos empapándonos de la misión que tantos años la congregación de forma silenciosa y gratuita han llevado a cabo.
          Tuvimos la suerte de que la Madre General, Nieves, nos pudiera acompañar y compartir  su reflexión profunda y serena de la realidad que nos rodea. Análisis de una época, de un tiempo,  de una sociedad en la que vivimos donde la desvinculación es la característica…
         Siempre es una alegría ver satisfechas nuestras expectativas al escuchar a José Carlos. Unos porque ya le conocíamos del anterior año cuando nos habló sobre la resiliencia, otros atraídos por el tema, la Inteligencia emocional. Unos y otros  disfrutamos de su exposición amena, de su destreza comunicativa, de la sencillez y claridad con la que nos presenta temas y conceptos. Tanto los que habíamos  leído algo sobre el tema, como los que no sabíamos nada, quedamos impresionados al constatar la distancia existente  entre el conocimiento y convencimiento que creíamos tener sobre inteligencia emocional y el dominio de los conceptos básicos. Nos descubrimos como aprendices… analfabetos emocionales. Muchas fueron las frases que nos interpelaron. Nos acordamos de una, entre tantas otras, que decía así:
«Es más peligroso … …
        
          Todo ello acompañado de la maravillosa hospitalidad de las religiosas que allí viven, del ambiente nocturno del casco antiguo de la ciudad que invita al paseo  por sus calles bulliciosas,  a sentarse en sus terrazas, a tomar uno de sus exquisitos vinos en buena compañía salpicada de risas, con la mirada puesta en un nuevo reencuentro… en Valladolid… en Chile.

Grupo de laicos de Baeza