NIFIL: una experiencia inigualable

La experiencia de NIFIL en Dajabón surge de una gran inquietud por parte de las hermanas: se está trabajando con los jóvenes, pero se estaba dejando un poco olvidado a los niños preadolescentes, pues en el Centro educativo sólo se contaba con los grupos de jóvenes denominados “huellas blancas” y “huellas azules”, y a cuyos integrantes (alumnos de secundaria) se les conoce como “huellistas”.

¿Cómo no trasmitirles a ellos la riqueza que tenemos en las enseñanzas de S. Felipe Neri, y cultivar la necesidad que tenemos los creyentes de orar y que S. Felipe nos enseñó a través del oratorio?

Además, si no cultivamos nuestra interioridad desde las primeras edades, luego nos olvidamos de Dios sin darnos cuenta.

Dadas estas circunstancias, nacieron los grupos de NIFIL (Niños Filipenses). Actualmente contamos con dos grupos, uno que se reúne los martes y el otro se reúne los viernes, con niños de 2º hasta 6º de primaria.

Nos reunimos para orar según lo hacía S. Felipe Neri en el Oratorio. Cantos, ratos de silencio, compartir de la Palabra y sacar las enseñanzas para nuestra vida, es lo que hacemos cada día; pero como lo festivo y la alegría es propio de la identidad filipense, no podemos terminar sin tener el espacio de compartir la merienda y de alegrarnos con el juego. Buscamos siempre la forma de tener estos espacios de compartir lo que somos y tenemos, pues el Dios que se nos manifiesta en la oración y que nos habla al corazón, luego lo palpamos en el compartir sincero y alegre con los compañeros del grupo.

Este Pentecostés celebramos el día de tal forma que nos hinchó el corazón de alegría al estilo de Felipe. Lo más importante fue la oración, pero después de ella fuimos al parque a compartir. ¡Qué rico nos supo el helado y que alegría nos produjo estrenar nuestras camisetas de NIFIL!

Sólo nos resta decir:

¡Gracias Señor por todo lo que a través de este grupo nos estás enseñando y ayudando para ser mejores!