EN EL DÍA DE LAS MERCEDES
La Virgen de La Merded o Las Mercedes, es la Patrona de los cautivos, no solo físicos, sino cautivos espiritualmente y de todos aquellos que son los más marginados de la sociedad.
Merced, en la Edad Media era sinónimo de misericordia, piedad o compasión, ejercida para con aquellos que se hallan privados de libertad y en peligro de perder su fe cristiana. “La misericordia mercedaria es efectiva y afectiva, no humilla a la persona humana, sino, por el contrario la redime y libera, la dignifica. De esta misericordia está necesitado el mundo actual”, así lo expresa la Orden de los Mercedarios.
Y quien más necesitados de misericordia que aquellos que por errores en su vida se han quedado privados de la libertad. Dios y la Virgen están cerca de ellos y con los brazos abiertos para sanar su dolor y reconducir sus vidas.
El pasado 24 de septiembre, se estuvo celebrando la festividad de la Virgen en muchas de las prisiones a lo largo del mundo. Y en un trocito de República Dominicana, donde compartimos la fe desde un recinto penitenciario, también lo hicimos.
Que alegría se experimentó en el recinto con la celebración de la eucaristía y la animación del grupo de internos que con sus voces y música alababan y bendecían a Dios. A nosotras junto a los internos, solo nos quedó decir:
¡Gracias Señor por amarnos como nos amas!