DÍA 14: DICHOSOS LOS JÓVENES QUE TIENEN TIEMPO DE HACER EL BIEN
«No basta hacer el bien: hay que hacerlo bien»
San Felipe siempre se dirigía a los jóvenes animándoles a dar lo mejor de ellos mismos , a estar alegres y a hacer el bien. Hoy día esas instrucciones o mejor dicho, motivaciones siguen siendo válidas.
Pero hay algo que debemos tener claro a la hora de servir, y es el despojarnos de nuestras arrogancias, prepotencias y engreimientos. Si queremos llegar al corazón del otro, si queremos que el mensaje que transmito llegue realmente, si lo que busco es hacer que Cristo crezca; entonces no hay otro camino que transformarme yo primero.
Por el simple hecho de ser jóvenes y gozar de todas las fuerzas, la salud, la creatividad y todos aquellos talentos que Dios nos ha regalado, podemos llamarnos «dichosos».
Pero antes de lanzarnos a hacer el bien, hemos de procurar hacerlo bien. Y para ello hemos de:
- Dejar de lado nuestras ambiciones para dar paso a que florezca el bien común.
- Crecer en honestidad para no perdernos en el camino de la vanagloria.
- Ser más humildes para acoger lo que me viene del otro sin cerrarme en la postura que asume quien se cree sabio y no pasa de ser un ignorante titulado.
Todos queremos hacer el bien, niños, jóvenes y mayores, pero sabemos que eso no basta, pues sólo cuando el bien se hace bien, florece en aquellos a quienes iba dirigida mi actuación.
Pues como dijo el Papa Francisco:
«A menudo nos sentimos bien porque , digamos, «no hice mal a nadie». En realidad, no es suficiente no dañar a los demás, es necesario elegir hacer el bien».