¡CELEBRAR LA PASCUA ES VIVIR COMO RESUCITADAS!
Queridas Hnas: La celebración de la Pascua, me ofrece la oportunidad de compartir con todas vosotras, una reflexión que es deseo, a la vez que débil vivencia en la que deseo crecer.
Vivir la Pascua no sólo es vivir la Resurrección de Jesús, después del paso por una vida con presencia de gozo, pero también de dolor y de muerte, tal como se nos presenta la vida a cada una.
Vivir la Pascua, es también vivir nuestra propia resurrección. Lo realmente importante es que nosotras hagamos de nuestra fe en la resurrección, una experiencia vital, que nos impulse a vivir como personas resucitadas, en comunión con Cristo.
En medio de un mundo que experimenta a diario la muerte, tantas veces injustamente provocada, tantas veces cercana o lejana, la FE, en la resurrección de Jesús, debe ser en nosotras, una fuerza mucho mayor que el razonable miedo a la muerte. Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra Fe. 1 Cor.15,14
Muchas de las realidades de este mundo nos parecerían inexplicables, si suprimimos nuestra fe en la resurrección. Nuestra fe y nuestra esperanza en la resurrección pueden y deben iluminar nuestro no siempre fácil, caminar aquí en la tierra. Porque El Padre nos resucitará, como resucitó a Jesús y nos acogerá en su infinita misericordia, pues así lo han intuido tantos creyentes. Hemos de reforzar nuestra FE, en Cristo resucitado, porque es en ella que se afianza el sentido de nuestra existencia.
HOY ES EL DÍA en que la vida de Jesús adquiere toda su validez, el sello que garantiza que todo lo anterior ha sido auténtico, que no ha sido un sueño más, que Jesús no ha sido un loco soñador como tantos que nos encontramos a lo largo de la vida. Lo proclama Pedro: Dios resucitó al Jesús que pasó haciendo el bien. La muerte ha sido vencida. La Pascua no es un «pasar» del hombre, es pasar por el hombre y quedarse definitivamente para siempre con él.
Cristo nos ha abierto las puertas de la vida. Aunque pasemos por momentos de incertidumbre, dolor y miedo… sentiremos que el Señor nos acompaña en el caminar y nunca serán mayores las dificultades que nuestra capacidad para hacerles frente. ¡Despertemos ¡ La Pascua, nos aporta liberación, da calma en nuestros dolores, da luz en la enfermedad y fuerza para llevar la cruz.Podemos decir a partir de hoy que «otro mundo es posible», que otra manera de relacionarnos es posible, que otra manera de vivir y compartir es posible. Que debemos vivir como resucitadas. El mismo Papa Francisco nos lo recordó no hace mucho tiempo: «Los cristianos que creen han de estar alegres no a la fuerza sino por convencimiento».
Y así nos lo manifiesta Jose Luis Martín Descalzo en su libro «Testamento del pájaro solitario»
«Y entonces vio la luz. La luz que entraba por todas las ventanas de su vida.
Vio que el dolor precipitó la huida
y entendió que la muerte ya no estaba.
Morir sólo es morir. Morir se acaba.
Morir es una hoguera fugitiva.
Es cruzar una puerta a la deriva
y encontrar lo que tanto se buscaba.
Acabar de llorar y hacer preguntas;
ver al Amor sin enigmas ni espejos;
descansar de vivir en la ternura;
tener la paz, la luz, la casa juntas
y hallar, dejando los dolores lejos,
la Noche-luz tras tanta noche oscura.
Hermanas, sigamos empeñadas en reencontrarnos cada día con Cristo, nuestro Centro, de recibir ya aquí su LUZ, No miremos en el sepulcro, está vacío. Salgamos con fe al encuentro de los otros, al perdón y a la reconciliación, al ejercicio de la misericordia, a la fraternidad y al servicio…..porque es ahí, donde a Jesús, lo encontraremos resucitado, operante, dándonos fuerzas e ilusionándonos en el camino de nuestra vida. Es así imitándole, como viviremos ya resucitadas.
Hoy es un día para recuperar la alegría de vivir, para salir al mundo y gritar con nuestro testimonio y con nuestro estilo de vida:
«¡ALELUYA! ¡ALELUYA! ¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN! Con mi cariño por cada una y pidiendo al SEÑOR RESUCITADO, nos llene de su bendición.
Superiora General
Madrid Pascua 2016