Bodas de Oro de nuestra hermana Luz Angélica Insuasti
“Si subo hasta los cielos, allí estás tú, si en el abismo me acuesto, allí te encuentro. Si tomo las alas de la aurora, si voy a parar a lo último del mar, también allí tu mano me conduce, tu diestra me aprehende. Porque tú mi ser has formado, me has tejido en el vientre de mi madre; yo te doy gracias por tantas maravillas. En tu libro están inscritos todos los días que han sido señalados, sin que aún exista uno solo de ellos.”
Salmo 139
Celebramos el pasado 7 de septiembre, las Bodas de Oro de Consagración Religiosa de nuestra hermana Luz Angélica Insuasti.
En la ciudad de Pasto, nos reunimos como comunidad, para celebrar esta fiesta, en compañía de la familia y amigos de nuestra hermana, los laicos Filipenses, docentes y personal del Colegio.
Celebramos la vida, la fidelidad, la alegría de la vida que se ofrece a Dios en servicio a los hermanos en nuestra Congregación de Religiosas Filipenses Misioneras de Enseñanza. La vida de la hermana Angélica, que al igual que una velita en un altar, ha venido ofreciéndose a Dios todos los días durante estos cincuenta años, gastándose y dando luz a quienes la rodeamos.
Damos gracias a Dios, porque ha reconocido que Dios transforma la vida de quienes se entregan en sus manos y le ofrecen sus compromisos a través de votos que El recibe y atesora para sí, con misericordia y en fidelidad.
Agradecemos, que la hermana Angélica reproduce para nosotros, quienes la conocemos, y, de manera especial, a los enfermos a quienes ella visita, acoge, atiende, escucha y lleva la comunión, la imagen de Jesucristo manso, humilde y misericordioso.
Agradecemos también a Dios por la manera generosa como ella ha vivido su consagración, por su amabilidad, su sencillez, su oración, su amor hacia el mensaje del Evangelio y las enseñanzas que nos lega la Espiritualidad de nuestros Padres Fundadores y de San Felipe Neri.
Con alegría y enorme gratitud celebramos la Eucaristía y un compartir fraterno, en honor de nuestra hermana.