BODAS DE PLATA DE HERMANA ELIZABETH
La Eucaristía se realizó en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Castro, en Chiloé. Fue presidida por el Vicario de la diócesis, P. Sergio Villegas, el Párroco Luis Neún, y por los sacerdotes : P. Amado Garay, P. Alfredo Castilla y el diácono José Romo. La celebración contó con la presencia de la familia de la Hermana Elizabeth, las Hermanas de la Delegación de Chile, la familia Filipense de Castro, las comunidades de la Parroquia y en la animación de los cantos el Coro Parroquial. En unas palabras, Hermana Elizabeth expresó su acción de gracias a Dios por su vocación. Señor, este es el mejor regalo para mí, al celebrar los 25 años de vida religiosa. Estar reunidos en tu nombre dando gracias en esta Eucaristía, que es fuente y culmen de toda vida cristiana. Todo lo he recibido de tu amor, todo es regalo, tuyo, todo es expresión de tu ternura, de tu bondad infinita. Gracias, por haberme dado la vida, tu misma vida. Al recordar la vida, vienen a la memoria mi familia. Que están presentes en este momento y sobre todo a mi mamá que sé que está en un lugar muy privilegiado y hoy la siento más presente que nunca en este momento. Son tantos los recuerdos vividos en familia, como todo lo que me entregaron para vivir mi fe y estar aquí. Sólo decirle que los quiero mucho y los llevo cada día muy presente en mi corazón. Gracias, Señor, por haberme llamado en esta Congregación, que desde un principio me acogió, me ayudó a conocerte aún más y a descubrir que vale la pena entregarse a ti. Pasan muchas hermanas por mi mente, mi corazón, las cuales me han ayudado a crecer. Tal vez, no están físicamente aquí, pero sé y las siento en mi corazón. A todas ustedes muchas, pero muchas gracias Y, para todos los que se encuentran en esta celebración, que el Señor, los bendiga de una manera especial, los acompañe siempre y sigan trabajando con mucho amor y dinamismo por el Reino de Dios. Un agradecimiento a todas y cada una de las personas que han trabajado, con tanto cariño, para que saliera hermosa. A ustedes mis infinitas gracias y que el Señor le recompense con creces lo que hacen cada día por esta entrega incondicional al servicio de la Iglesia