AMAR PARA EDUCAR
Hoy sin duda se vive un momento histórico en nuestro país “México”, como muchos en América Latina golpeado por la violencia, la injusticia, la pobreza y el mal gobierno donde políticos de derecha izquierda e independientes se enfrascaron en campañas que transparentaron lo que se vive en nuestro país, dimes y diretes y debates que en muchos hogares se observaban en familia donde pequeños como los que asisten a nuestro Centro infantil no alcanzaban a comprender, políticas extrañas y más aún actitudes fuera de control entre las cuales pudimos escuchar frases como “vamos a mocharles las manos a los rateros”(propuesta de uno de los candidatos a la presidencia de la República) palabras que fácilmente pudieron llenar de indignación a nuestro pueblo pero de las cuales se hizo uso para burlas, memes y uno que otro chascarrillo.
En una de nuestras aulas en un día normal de clase algunos pequeños de 5 años se pusieron muy serios a platicar sobre lo que han observado y escuchado, tenían claro que el país estaba en medio de elecciones y comenzaron a decir “yo voy a ser presidente” su maestra titular y yo guardamos silencio para escuchar su conversación la idea más clara que pudimos descubrir es que el ser presidente es para “mandar” y los demás deben obedecer pero el corazón dio un vuelco en nuestro pecho cuando uno de ellos dijo: “cuando yo sea presidente, les voy a mochar las manos a los rateros” sin duda ese aprendizaje caló hondo en su pequeñez y no alcanza aún a distinguir lo que significa hacer un daño de tal magnitud a un ser humano, es por ello que en el Centro Infantil las maestras y maestro se pusieron a diseñar una situación didáctica que les ayudara a comprender de qué va eso de las elecciones, la democracia y lo que significa llegar al poder así, de tal manera se postularon algunos pequeños candidatos a los que su familia tuvo a bien apoyar y se terminó con un día elecciones hubo boletas, casillas y mucha conciencia pero ante todo disposición de estos chiquitines.
Rogamos a Dios poder haber tocado su inocencia y estamos seguras que la educación va más allá de libros números y letras y que es necesario saber transmitir y vivir un Evangelio encarnado de amor justicia, paz, alegría y libertad en donde sea que nos encontremos desde nuestro lema: “Amar para educar”.
Hna. Mayra R. García Compeán, RF